La Práctica Respiratoria en Yoga
La respiración posee un potencial
enorme para nuestro bienestar. Podemos decir que es nuestra mayor amiga y
aliada. Nos ayuda a calmarnos, centrarnos, enfocarnos, tomar mejores decisiones,
sanarnos, descansar, experimentar bienestar, quietud, encontrar respuestas e
inspiración.
El Yoga ha desarrollado muchas
técnicas relacionadas con la respiración, pero con tan solo enfocarnos en ella
ya logramos experimentar más calma y bienestar. Si a esa toma de consciencia le
añadimos la profundización y ralentización de la inhalación y la exhalación,
mayores efectos calmantes obtendremos.
La respiración rápida y
superficial que hacemos normalmente perjudica a nuestro cuerpo, nuestra emoción
y a nuestra mente. Una respiración más profunda y lenta beneficiará en esos
tres aspectos: corporal, emocional y mental. Mientras más lenta la respiración,
pero cómoda, mejor salud, más claridad mental y capacidad de resolver
problemas, más bienestar y desarrollo de un tipo de inteligencia intuitiva,
holística.
Las técnicas de respiración del
Yoga se llaman Pranayamas, palabra significa control del prana, la energía
sutil. La que nos hace sentir agitados o tranquilos, alegres o tristes,
optimistas o malhumorados, enfermos o sanos, generosos o egoístas.
En Yoga encontramos Pranayamas
calmantes y también activantes. En general todos nos ayudan a concentrarnos,
mantenernos sanos, tener un buen nivel de vitalidad, desarrollar más
consciencia en nuestras actividades cotidianas y preparan la mente para la
meditación.
A nivel corporal los Pranayamas
nos van a ayudar con múltiples funciones y sistemas, como la circulación, el
trabajo del hígado, sistema nervioso, digestivo, respiratorio, el cerebro, la
purificación del cuerpo, etc.
Lo normal es que respiremos miles
de veces al día sin tener consciencia de ello. En Yoga tomamos consciencia de
la respiración y ello tiene un efecto muy valioso en el cerebro. Cuando
respiramos inconscientemente es el encéfalo, una parte primitiva, la que está
manejando el proceso; por el contrario, cuando respiramos consciente y
voluntariamente es la corteza, la parte más evolucionada, la que lo está
comandando. La práctica de las técnicas de respiración del Yoga potencia esa
zona más evolucionada del cerebro, nos volvemos más conscientes, con lo cual
responderemos a las situaciones en forma más madura y tranquila, en vez de
hacerlo de modo impulsivo y automático.
Practicar diariamente tan solo 5
minutos de algún pranayama calmante nos va a ayudar a estar más tranquilos y
equilibrados. Por su parte, practicar
algún pranayama activante cuando estamos cansados y con sueño, nos va a
despertar y dar mayor energía para continuar con nuestras actividades.
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