La Práctica Física en Yoga
La práctica física en Yoga
comprende ejercicios de flexibilización, posturas (asanas) y series. Constituye
un paso preparatorio para la meditación: un modo de desbloquear el cuerpo y la
energía sutil para facilitar la interiorización, el aquietamiento y la
concentración.
Las prácticas físicas generan
efectos muy benéficos tanto a nivel corporal como mental. A nivel corporal
favorecen a los músculos, huesos, circulación, respiración, digestión,
inmunidad, sistema nervioso, endocrino, propiocepción, estimulan la secreción de endorfinas etc.
Relajan, elongan y fortalecen los
músculos; ayudan a mantener en una correcta posición los huesos, lubrican y desbloquean las
articulaciones; mejoran la mecánica respiratoria; mejoran la circulación en
tejidos, órganos, glándulas y células, y con ello la nutrición y purificación
de todo el organismo. Estimulan los órganos del sistema digestivo: los
masajean, los estrujan, mejorando así su funcionamiento. Mejoran las conexiones
nerviosas entre las distintas partes del cuerpo y el cerebro. Estimulan la
circulación de la linfa, previniendo muchas enfermedades y ayudando a la purificación
de todo el cuerpo.
En resumen: ayudan a mantener un
cuerpo sano, flexible, fuerte, con un
buen nivel de energía, y con mayores
posibilidades de poder adoptar una postura de meditación durante largo rato.
A nivel sutil, desbloquean el
prana, la energía vital, que se ve obstruida por distintas causas. Al circular
adecuadamente esa energía, el cuerpo funciona bien y nos sentimos con energía,
optimistas, tranquilos, despejados. Cuando el prana está obstruido comienzan
molestias y si esa obstrucción se
mantiene, comienzan las enfermedades.
La práctica de la meditación se
vuelve muy difícil para la persona moderna puesto que tiene mucha agitación
nerviosa y mental. La práctica física del Yoga será una gran ayuda para
intentar aquietar, silenciar y observar la mente.
Las prácticas corporales de Yoga
se ha de practicar con mucha consciencia, con atención, dándose cuenta de cada detalle,
de cada sensación y cada experiencia, sin caer en actitudes de competencia,
exitismo, búsqueda de logro, autocrítica ni enjuiciamiento.
La idea es ir encontrando un tipo
de estado contemplativo en la práctica física, simplemente sentir, darse
cuenta. En vez de “hacer” la postura o el movimiento, siente, explora, busca
cada vez más consciencia.
El avance en la postura no es la
forma externa sino la profundización en la toma de consciencia.
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