No-satisfacción




El ser humano de nuestros días, desarraigado de espiritualidad, es decir de relaciones genuinas con la vida y la paz, constata ya que no le basta el consumo, el éxito personal o la tecnología, que intenta suplantarlas.
Muchas personas comienzan a tomar conciencia de lo fútil de una vida quemada en la superficie de las cosas.

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