Un momento de silencio … un momento de soledad … de quietud, no ir a ninguna parte ni con el cuerpo ni con la mente, sino permanecer en este mismo instante y en este mismo lugar … apertura a ese “lugar”, esa dimensión de paz que somos, esa calma que somos nosotros, el Ser…

Muchas veces estamos “fuera” del Ser por estar muy activos, con muchos proyectos, con muchas actividades que creemos necesitamos hacer. Nos perdemos, así, lo máximo que podemos desear: Ser.

Perdemos el Ser y nos sentimos perdidos, flaqueamos, y nos inunda la ansiedad, sentimos desarmarse lo que más preciamos: nuestro Ser. Sin embargo, nos perdemos más aún enfocándonos en alguna actividad, algo que conseguir externo, que más nos aleja de nuestro Ser.

Paradojas de la vida, en vez de volvernos al Ser, al centro, nos alejamos más, nos vamos más hacia la periferia, más hacia el exterior de nuestro Ser. Perdemos la plenitud, el bienestar, la alegría y la salud. 

Creemos entonces que debemos hacer esto o lo aquello para volver a estar bien, nos llenamos de más y más actividades, más y más cosas, nos estresamos, nos tensamos, nos llenamos de complicaciones. Sin embargo, hemos perdido lo esencial: simplemente Ser.

Así es que la invitación es a quedarnos un momentos quietos, tranquilos, observando toda nuestra agitación, todo ese impulso a actuar, toda esa culpabilidad de no-hacer, y esperamos … esperamos hasta que podamos simplemente observar el momento en el que estamos.

Simplemente observar

     Sentir

          Estar aquí

              Percibir este momento

                    Este preciso momento … sin futuro … y sin pasado

                        Sólo aquí …

Comentarios

Entradas populares