Filosofía del Yoga: Todo tiene un Sentido, todo tiene una Enseñanza

“…Desde brahman hasta la simple brizna de hierba, la creación es para el bien del alma, hasta que llegue el conocimiento supremo…” (Samkhya Sutra III.47)

Cada situación que nos pone la vida por delante tiene un sentido para nosotros, esa es la razón de que la estemos viviendo. Hay un orden en el Universo, llamado “dharma”, en el cual cada cosa, cada persona y cada circunstancia tiene un rol que cumplir.

Así, un barrendero limpia las calles para que los ciudadanos vivan y transiten por un entorno más agradable y sano ¡Su labor es fundamental para la comunidad! Por su parte, la madre cuida y educa a su hijo, ya que sin esos cuidados y educación el chico no sobreviviría o se convertiría en un infeliz o un antisocial. Cada uno tiene un aporte que hacer a la armonía del cosmos.

El dharma, el orden del Universo, de alguna manera “quiere” lo mejor para cada persona. “Lo mejor” sin embargo no es necesariamente lo más agradable o conveniente, sino aquello que nos hace evolucionar, acercándonos a nuestro verdadero Ser.

Cada situación que nos toca vivir tiene una misión que cumplir para nuestra evolución. Ejemplos hay muchos: cuando nos toca una decepción amorosa, podemos descubrir nuestros condicionamientos de la infancia que nos hacen buscar determinados tipos de pareja, o nuestra necesidad enfermiza de que nos quieran. Cuando enfrentamos un fracaso laboral, aprendemos sobre las causas que llevaron a esa situación y no las volvemos a repetir en el futuro. O quizás, ese fracaso nos llevó a generar otra actividad en la que conocimos a una persona que fue muy importante en nuestra vida … Con el tiempo miramos hacia atrás y vemos que aquellas situaciones que en su momento parecían desfavorables tenían un sentido muy valioso en nuestras vidas.

De toda situación, principalmente aquellas desagradables o dolorosas, podemos sacar importantes lecciones.

Algunas enseñanzas que podemos extraer de las circunstancias tristes o desventajosas son:

- esta situación me ayuda a conocerme mejor, puedo descubrir algún miedo, trauma, inseguridad, envidia, frustración, tendencia, mecanismo de protección, etc. que aún no conocía de mí mismo/a

- me ayuda a desarrollar la constancia en la práctica

- a desarrollar la sencillez

- a desarrollar la tolerancia

- a desarrollar la aceptación

- a desarrollar la inofensividad y la compasión

- a desarrollar la ecuanimidad

- a desarrollar la veracidad

- a practicar la acción desinteresada

- a practicar la devoción a algo superior

- a desarrollar la entrega a un orden superior

- a desarrollar el desapego



Con esta mirada de las “cosas negativas” de la vida, ellas dejan de ser negativas y se vuelven positivas –aunque sean incómodas- pues nos ayudan en nuestro camino hacia la Liberación. Este es otro aspecto en que el sufrimiento adquiere un valor positivo.