¿Cómo explicamos todo?
Son preguntas fundamentales, radicales y muy difícil responderlas.
La visión materialista, cientificista, cuyo nombre en filosofía es “positivismo”, en algún momento decidió explicar todo a partir de la materia exclusivamente, dejando fuera todo lo que fuera consciencia. Explicar todo a través de movimientos y procesos ciegos, puramente mecánicos y biológicos pero sin la intervención de nada que parezca no material.
Fue una elección, que pareció más racional, más higiénica y simple. Libre de contenidos religiosos, dogmáticos, sectarios, subjetivos, que pueden ser muy peligrosos. Por ejemplo los exterminios religiosos, las condenas dogmáticas. Galileo tuvo que retractarse y a Giordano Bruno lo mataron, por no estar de acuerdo con lo que decía en su tiempo la Iglesia.
Sin
embargo, esta mirada positivista-racionalista, iluminista, que albergó la
esperanza de solucionar todos los problemas de la humanidad y ofrecer el
paraíso aquí en la tierra, ha ido mostrando su limitación y también su tiranía,
pues se erigió en la única verdad válida, negando y denostando cualquier otra
mirada.
Hoy
vemos muchas falencias en esta mentalidad: la medicina, lo alimentario, la vida
desde esta perspectiva se ha vuelto poco sana, poco humana, cercenada de lo más
esencial y nutricio que necesita el ser humano. Esta vida tecnologizada, artificial, volcada únicamente hacia lo externo, la
productividad y al consumo, con una mirada que solo ve lo material, hoy se cae
a pedazos. En esta mentalidad no nos sentimos realmente bien, algo nos falta y entonces nos ponemos más
obsesivos, más posesivos, controladores, más enfermos, y con la ilusión de que
ese es el camino hacia la felicidad. Nos enfermamos nosotros, se enferman nuestras
ciudades, nuestra convivencia, nuestra sociedad, se enferma nuestro planeta.
Surgen
nuevas-antiguas miradas que habían sido despreciadas, rechazadas por no
científicas, no racionales, que han dado un contexto más humano, más sano, más
tranquilo, más acogedor, más espiritual, con más sentido.
Hemos crecido en la mentalidad cientificista-racionalista, explicando todo
desde la materia, pero hoy muchos necesitan algo más. La mirada positivista parece que no explicó la causa esencial de la vida, la consciencia, el universo, solo dijo
está compuesto de esta manera, intervinieron tales procesos químicos y
biológicos, pero no respondió realmente el por qué, el de dónde.
Hoy en
la misma ciencia hay hallazgos e intentos de responder estas preguntas que se
salen de la estrechez que la dominaba hasta ahora.
Por
ejemplo la física cuántica ha descubierto que el observador influye en el
comportamiento o manifestación de las partículas subatómicas, es decir, se cae
ese axioma de que el mundo está afuera independiente del observador. La persona,
su mente, su consciencia, influye en lo que ve que sucede afuera, quizás lo crea
o lo re-crea.
Hay otra mirada (dentro de la ciencia) llamada Panpsiquismo, que dice que no solo el ser humano tiene consciencia, sino que en todo hay algún grado de consciencia, que no puede explicarse la consciencia a partir de lo meramente biológico, no hay cómo explicar el hecho de la consciencia a partir de la combinación de moléculas.
Por su parte el Biocentrismo (nacido desde la biología) afirma que la Consciencia crea el universo y sus leyes, y no al revés.
Hoy parecen abrirse puertas para que podamos ver más allá de lo que hemos visto hasta ahora, dejar los barrotes de una mirada que dejó muchas dimensiones afuera, la del cuerpo, el sentir, lo intuitivo, lo espiritual, lo amplio, el misterio ...
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